Planeta Gatuno

Mi conexión mágica con los gatos desde mi infancia.

Esta aventura apasionada comienza con mi amor y cariño hacia los gatos, un sentimiento que me acompaña desde que prácticamente era un bebé.

Mi conexión con los gatos

Soy una mujer de 35 años y quiero compartir con ustedes un poco de mi historia con estos animales maravillosos. Desde que tengo memoria, mi madre me ha contado anécdotas sorprendentes sobre mi relación con los gatos salvajes cuando era pequeña.

Una anécdota inolvidable

Un día, cuando tenía tan solo dos años, mis padres y yo fuimos a visitar a mi tío, que trabajaba en la agricultura. Mientras ellos hablaban, me dejaban caminar sola, ya que no había peligro en la zona.

Después de un rato, se dieron cuenta de que no sabían dónde estaba. Mi madre, preocupada, le preguntó a mi tío:
¿Hay gatos por aquí cerca?
Mi tío respondió:
Sí, está lleno de gatos salvajes, pero es imposible que esté con ellos. No se dejan ni acariciar ni acercar.

Sin embargo, mi madre, que ya me conocía, insistió:
Llévame a donde suelen estar.

Al llegar, para sorpresa de todos, me encontraron sentada en el suelo, rodeada de gatos salvajes. Los tenía encima de mí, ronroneando y acariciándolos. Miré a mi madre y le dije:
¡Ven mamá, mira qué bonitos!

Cuando intentó acercarse, los gatos se pusieron a la defensiva con los adultos, pero conmigo seguían tranquilos. Mi tío, asombrado, preguntó:
¿Cómo es posible? Estos gatos no dejan que nadie se acerque.

Una despedida difícil

Mi madre me pidió que nos fuéramos porque se hacía tarde, y yo, con toda la inocencia del mundo, tomé a dos gatos por debajo de los brazos y les dije:
Vale mamá, pero estos dos nos los llevamos a casa.

Los gatos, más grandes que yo en ese momento, no dejaban que mi madre los tocara. Gruñían, pero a mí nunca me hicieron ni un rasguño. Finalmente, mi madre me explicó que no podíamos separarlos de su familia. Con lágrimas en los ojos, solté a los gatos y le dije:
Está bien, mamá. Pero mañana venimos otra vez, ¿verdad?

Todos los días mi madre tuvo que llevarme a ver a los gatos hasta que, con el tiempo, fui creciendo. Sin embargo, mi amor por estos felinos nunca cambió.

El inicio de una devoción

Y así nació mi devoción por los gatos, esos seres mágicos y, a menudo, incomprendidos. Son animales queridos por muchos, pero también odiados por otros.

Scroll al inicio